Con la intención de burlarse de sus amigos de oficina, Jo una mujer que nació en Glasgow, Escocia hace casi cuatro décadas, tejió la cara de ellos a crochet en distintas piezas. No sólo su trabajo casi burlesco ocasionó estupefacción, sino que también destapó una vocación escondida por años. La ex oficinista guardaba bien dentro suyo una inclinación artística muy difícil de imitar.
Jo Hamilton recrea retratos de personas comunes en crochet. Y a juzgar por sus creaciones, destaca de una manera realista cada gesto, mueca o sentimiento de la cara tejida. La llamada artista comenzó a tejer hace aproximadamente cinco años después de ver un espectáculo en el Museo de Arte de Portland con obras que mezclan métodos del arte y la artesanía. La pintura y el tejido. De inmediato comenzó su primera pieza de crochet. Un paisaje urbano de Portland, Oregon como ella imaginaba desde arriba. Obra que le demandó tres años en terminar. Y a partir de la gran bufonada reveladora, emprendió su camino por las caras.
“Al principio, quería ver si era posible obtener alguna semejanza adecuada de mis compañeros de trabajo. En el primer retrato (El Turco Amish, 2006) se pueden ver algunas dificultades técnicas y sin embargo, el parecido era aún notable”, explica la artista al S!
Hamilton dice verse en cada obra más asombrada que la anterior, logra captar el carácter de la persona en cada producción. Y es tanta la aceptación de sus creaciones que hasta el momento ha tenido más de una centena de pedidos particulares.
En cuanto a sus exposiciones, “he mostrado mis labores de ganchillo cuatro veces en Portland. En este momento mis retratos están colgados en dos lugares en Nueva York, en el Café Grumpy Greenpoint y Chelsea, hasta el 30 de mayo 2011. También estoy trabajando para tener un nuevo espectáculo en Los Ángeles a finales de este año.”
La artista ha logrado en tan poco tiempo, reconocimiento y publicaciones en EE.UU., Reino Unido, Brasil, Estonia, Rusia, Indonesia y Argentina.
Jo asume que cada día y al paso de cada obra, su arte se está convirtiendo en una manera de ganarse la vida. Pero las producciones llevan un largo tiempo y sobre todo aquellas que son por pedido. “Las piezas demandan mucho tiempo, a veces demoran más de un mes para finalizar un retrato individual. Los pedidos suelen tomar más tiempo que los rostros que elijo para mi propio entretenimiento, porque el logro de una gran semejanza es más importante que mi propio estilo.”
Ahora Jo va por más. Y la audacia en este caso, va de la mano con la ambición:
“Mi enfoque actual es seguir con los retratos, pero en este momento estoy centrada en una serie de desnudos el doble del tamaño natural de la figura masculina, así como la continuación de mi serie de ficha policial, con fotos de los registros locales de la cárcel del condado”. De todas maneras y a modo de broma, la artista asume que esos no serán grandes compradores, pero le fascina la idea de ese tipo de retratos. Dice que la prensa se encarga de retratar a los famosos y que ella dedica su arte a la gente cotidiana.
¿Le hará Photoshop a las caras de hilos?
Más información sobre las obras:
www.johamiltonart.com
Acá está el link de Clarín. Suplemento Sí!
