lunes, 17 de diciembre de 2012

Federico Andahazi

Gutenberg revisionado

Una novela histórica acerca de los orígenes de la imprenta y la literatura

Por Brenda Salva.

Federico Andahazi se define como un hombre muy pudoroso, pero parece difícil de creer cuando uno ingresa en su mundo. Su primera novela, El anatomista ganó el premio Fundación Fortabat en 1997, y de ahí en más no dejó de sorprender con cada libro. Arrasan en ventas, son traducidos a numerosos idiomas. Después de su ensayo Historia sexual de los argentinos, vuelve a la novela de la mano de El libro de los placeres prohibidos.

¿Cómo fue volver a escribir novela luego de los tres ensayos sobre la sexualidad argentina?
En principio debo decir que mi medio natural es la narrativa, la novela y la verdad es que me siento como pez en el agua. Hacía varios años que tenía ganas de volver al agua. Lo cierto es que la novelística te permite una libertad que el ensayo histórico no te da, de modo que uno está mucho más ceñido en el trabajo de investigación histórica. En cambio acá, si bien también se trata de hacer un trabajo de reconstrucción histórica, los márgenes de libertad para reconstruir la historia son mucho mayores.

¿Hay elementos de ficción en El libro de los placeres prohibidos?
La historia tiene dos ejes, en principio está estructurada como un policial que inicia con un crimen, después el lector nota que ese crimen es uno de una serie de asesinatos dentro de un burdel. El otro escenario es el juicio a Gutenberg. La reconstrucción biográfica de Gutenberg es completamente fiel. Es un trabajo que me implicó muchísimos viajes, mucha investigación, estuve revolviendo archivos en Alemania, en Berlín, en Mainz, de modo que me encontré con un personaje muchísimo más complejo de lo que imaginaba. Pero fundamentalmente, muy distinto de lo que nos enseñaron en la escuela. Si nos preguntan quién fue Gutenberg, inmediatamente contestamos que fue el inventor de la imprenta, que es el padre del libro tal cual lo conocemos, etcétera. Justamente eso no fue Gutenberg, él jamás inventó una imprenta. En realidad lo que él fabrica, es una máquina para falsificar manuscritos, en esa época valían una fortuna, eran años de trabajo de copistas, de iluminadores, encuadernadores. Un libro valía lo equivalente a una casa lujosa en cualquier ciudad europea.
Además de que eran muy pocos los que sabían leer. Menos los que sabían escribir. Gutenberg se asocia con un artesano y con un banquero y juntos le dan forma a esta máquina.

Empezaste con la idea del thriller y terminaste redescubriendo la vida oculta de Gutenberg.
Éste es un dato de un valor asombroso por varias razones. En principio porque me cuesta entender cómo puede ser que hasta el día de hoy no se haya hecho público la condición de estafador de Gutenberg. Es una novedad contrapuesta a todos los trabajos biográficos. Una de sus primeras biografías está plagada de halagos, es una apología fantástica. Las únicas bibliografías de Gutenberg son los juicios que padeció, no existen otras. En Alemania él es un héroe nacional y nadie está demasiado interesado en que se diga otra cosa. Lo asombroso es que Gutenberg fue procesado por diversas estafas. Hay un archivo que me resultó impresionante que es el juicio que le inicia Ennelin, una jovencita a la que le prometió matrimonio y en realidad lo que hizo fue utilizar el dinero de su padre para crear la máquina falsificadora. La iglesia se encuentra con un gran problema. La buena noticia es que se podía difundir con mucha más facilidad La Biblia, lo cual no era sencillo porque los libros sagrados debían ser manuscritos. No era tan fácil admitir esto del libro impreso. Por otra parte, los libros sagrados eran muy pocos y había un libro por sobre todo los demás, el Libri voluptatum prohibitorum, que es el que le da título a la última obra.

Te concebís como un escritor vulgar. ¿Por qué?
La literatura, afortunadamente, dejó de ser sagrada justo cuando aparece la imprenta, porque los libros eran sagrados cuando eran manuscritos, cuando tenían que sostener el dogma religioso, pero a partir de la invención de la imprenta, el libro se vulgarizó. Se empezó a divulgar y ahí es donde surge la literatura, la narrativa, la novelística, esto que antes no existía, surge con la imprenta. La literatura es profundamente profana y en este sentido es patrimonio del vulgo.

¿En qué punto se unen el sexo y la literatura?
La literatura y la sexualidad están hechas de la misma materia. Y es el deseo. Eso que tanto le molesta a la iglesia y es algo con lo cual el clero no puede hacer nada. Frente a determinadas actitudes la iglesia podía prohibir enormes cosas, menos el deseo. De ninguna manera pueda prohibirse, por más que de alguna manera se pretenda erradicarlo o limitarlo, no se puede actuar sobre él. Ésa es la sustancia con la que está hecha la literatura.

El final del libro es paralizante. ¿Es real?
Sí, es real. Muchas veces la literatura tiene este carácter asombroso, que nos termina sorprendiendo a nosotros mismos. A veces lo que está concebido como una ficción uno se encuentra que está sustentado por algo que no creía existente. Pero sí, es cierto.

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