martes, 5 de abril de 2011

Me cura un poco la enfermedad…

 
Dr. House... Una serie para no ver cuando uno está enfermo
Todo el que estuvo enfermo sabe lo mal que se siente y lo feo que puede llegar a ser una semana clavado en la catrera…
Estuve engripada una semana lo que trajo a cuestas mucho moco, dolor de garganta, migrañas, fiebre, tos y malestar en general. Eso que llamo malestar en general es una sensación profunda de ni siquiera bancarme a mí misma.

Un buen día de la semana de enferma me desperté a las cuatro AM tiritando del frío por la presunta elevación de fiebre y ahí me percaté de las buenas cosas de la enfermedad:
1)      Falté al trabajo una semana completa. ¡Y me encantó!
2)      Comí comida sana y liviana, lo que disminuyó sin querer mi peso y bajé esos gramos que me sobraban.
3)      Nunca me levanté si quiera a hacer un té. Siempre alguien se ocupó de eso.
4)      Leí más de lo que acostumbro. Habían libros por toda la cama. Todo el tiempo.
5)      Vi decenas de películas. Algunas adeudadas y otras recién estrenadas.
6)      No limpié ni una sola vez el piso, no planché nada y ni hablar de lavar platos.
7)      Si no habían mucamas/os “ad honorem” en la zona, el teléfono delivery siempre estaba cerca. ¡Y disponible!
8)      Me hice la manicure cuatro veces.
9)      Pensé en el origen de la vida cuando llegué a los 39 grados de temperatura, luego sentí que estaba delirando. Pensé en el origen de mi vida al bajar a 37 grados. Sentí que me enojaba más y más con mis viejos. Luego me estabilicé, y me puse a pensar por qué demonios no me abrigué esa noche… Cuando todo esto comenzó.
10)   Hablé por teléfono, por mensajitos de celular y por redes sociales con gente que tenía olvidada hacía añares..

¿Será cierto de que de algo malo siempre se encuentra algo bueno?
NBS
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